Seducción :::
Textos: chiq
He escuchado muchas historias acerca de la relación que tienen el cielo, la luna y el mar. Ayer vi al cielo sobre ella, seduciéndola y cuidándola. Ella ama a los dos, pero hay noches en que es secuestrada por el cielo. Esas noches de luna nueva, el cielo la devora y se alimenta de su cuerpo, viviendo sus fantasías más alocadas. El mar no es celoso. Él tiene a las olas que, aunque constantes, están a merced de la luna y el viento. Es cuando la luna se acerca hasta casi tocarlo que éstas se excitan más, aumentan su tamaño, cambian de color y duplican su fuerza. Parece que se enfurecen de que la luna baje tanto para hablar con su amor. Se vuelven a calmar cuando, en esas noches en que la luna se escapa, se dan cuenta de que se encuentra lejos, y su amado descansa tranquilo entre ellas. Las olas lo tocan y lo acarician, lo avientan y lo golpean. Algunas son frías, otras más candentes, sólo depende de su estado de ánimo.
Ayer los vi. Hoy no puedo imaginármelos. Sé que estarán allá, viviendo su amor, revolcándose y deseándose cada noche más y más, y más, más... Les aprendí algo: ¡les vale madres todo lo demás!
0 comentarios